En la fabricación de yogur y de determinados productos lácteos se utilizan cultivos de bacterias. Las bacterias en cuestión son tipos especiales de bacterias lácticas que provocan procesos bioquímicos concretos que convierten la leche normal en el producto correspondiente. Puesto que el producto lácteo que desea obtenerse puede verse afectado negativamente por gérmenes no deseados, volverse incomible o imbebible o incluso perjudicial para la salud, el cultivo de bacterias lácticas debe realizarse en ausencia de cualquier germen, otros cultivos y sustancias perjudiciales. Las bacterias lácticas cultivadas se venden a la industria láctica y se utilizan como corresponde. Por tanto, la aplicación completa y todos los componentes utilizados deben tener unos espacios muertos mínimos.