Los evaporadores de vacío se utilizan para condensar líquidos que contienen sustancias extrañas. Este proceso se aplica, sobre todo, para la separación de aguas residuales o soluciones contaminadas. El volumen de residuos a desechar se reduce al mínimo y, por regla general, el condensado puede volverse a introducir en el proceso. Se pueden encontrar estas aplicaciones en la industria textil y gráfica, donde se tratan aguas de lavado que contienen tinta, pigmentos de coloración y/o fotopolímeros, y también en la industria química, donde se condensan productos químicos utilizados y mejorados.